lunes, 18 de septiembre de 2017

aitor

30 años desde que Euskal Herria se ahogó
El día de las inundaciones de 1983 cayeron 600 litros por metro cuadrado, y no tardaron en anegar más de un centenar de localidades vascas.







LA FUERZA DE LA NATURALEZA
Cuando la pleamar se unió a la tromba de agua, la cuenca del Ibaizabal no tardó en dar de sí y se desbordó hasta cinco metros en varios puntos del territorio vizcaíno.
Un Bilbao sumergido en el ambiente festivo de la Aste Nagusia, que ese año se estaba caracterizando por la persistente lluvia, vio como el agua alcanzaba los primeros pisos del Casco Viejo, arrastrando todo lo que pillaba a su paso: árboles, coches e incluso animales que habitaban en los caseríos de los pueblos cercanos.
Las inundaciones de 1983 tuvieron un efecto devastador. El mercado de La Rivera quedó reducido a escombros y barro de un día para otro, y las txosnas del recinto festivo sufrieron la misma suerte, que acabaron siendo un amasijo de hierro destartalado junto con una Marijaia que quedó aplastada contra el quiosco del Arenal.
uholdeak 83, inundaciones 83, 1983 Euskadi Urpean
(Las txosnas de Aste Nagusia quedaron destartaladas en el Arenal. Foto: 1983 Euskadi inundada)
Junto con el Casco Viejo, el barrio de La Peña fue una de las zonas más afectadas de la capital vizcaína. El barro enterró prácticamente toda la zona, y las riadas dejaron dos víctimas mortales.
Allí mismo, la familia Uriarte recuerda que la inundación les pilló por sorpresa en la fábrica familiar. En el documental 1983 Euskadi inundada, Javier Uriarte, uno de los hermanos que estaba ahí, recuerda cómo el agua empezó a entrar en el edificio, a subir hasta la oficina, y no tuvieron más remedio que resguardarse en el tejado.
Junto a él estaban sus otros dos hermanos, su sobrino y otros dos compañeros más. Así, María Lourdes Intxausti, madre y esposa de dos de los que se quedaron atrapados, explica que esa noche estuvo muy preocupada: "Claro, tenía allí a mi marido, a mi hijo pequeño, a dos cuñados míos y a más gente. Y es que siempre piensas lo peor en esos momentos. Aquello era una pérdida increíble que no lo hubiéramos podido superar".
Pese a todo pronóstico, todos ellos lograron salir ilesos gracias a unos jóvenes que unieron la fábrica con el puente que estaba al lado mediante una escalera de más de cinco metros.
DESTROZOS POR TODOS LADOS
La fuerza de la naturaleza se dejó sentir en toda la cornisa cantábrica. Bermeo, Galdakao, Etxebarri y Llodio fueron otros de los municipios afectados por las más de 1.500 millones de toneladas de agua que cayeron entre los días 26 y 27 de agosto. De Bermeo se llegó a decir incluso que había desaparecido, pero, una vez restablecidas las conexiones, se pudo comprobar que afortunadamente no fue así, aunque la furia de la riada en este punto fue tan virulenta que partió en dos el casino situado en el muelle.
Jon Elizondo regentaba el bar de dicho casino junto a su hermana Miren, y recuerda que los dos se quedaron atrapados allí.
En el mismo documental, Jon explica que entraron a la bodega para intentar resguardarse. Se quedaron ahí, pero el agua empezó a subir sin parar. Recuerda que consiguieron subirse a un altillo, y ahí, empezaron a escuchar el ruido de las olas. "Después, noté en la cabeza que me caía una gotera de arriba, y ahí dije: 'aquí arriba hay agua'. Por lo que nos preguntamos, ¿dónde estamos nosotros?", relata.
Poco después, la fuerza del agua hizo lo demás, tirando abajo el edificio y dejando libres a Jon y a Miren.
UN PAÍS INCOMUNICADO
La madrugada del 26 al 27 fue dramática. Las carreteras estaban cortadas, y gran parte de Bizkaia permaneció a oscuras y sin teléfono.
uholdeak 83, inundaciones 83, 1983 Euskadi Urpean
(Las riadas anegaron todo lo que estaba a su paso. Foto: 1983 Euskadi inundada)

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