Balleneros vascos
El primer dato sobre la pesca de ballenas por los pescadores vascos data del año 670. Un cargamento de diez toneladas de aceite de ballena o sain fue enviado al Monasterio de Jumieges a orillas del Sena. Y fue en el año 1670 cuando la especie de esta ballena, ballena franca o negra (Eubalaena glacialis) fue considerada extinguida comercialmente. La mayor actividad de los balleneros vascos fueron los siglos XIV y XV y a raíz de que las flotas holandesas, británicas y alemanas comenzaron con esta actividad comenzó a desaparecer esta especie del Golfo de Vizcaya. 1 Esta pesca se realizó en un principio en las costas del mar Cantábrico. La especie que se pescaba era la ballena franca. La pesca intensiva en las costas hizo que los vascos perfeccionasen sus sistemas de pesca hasta lograr llegar primero al mar del Norte y progresivamente a Islandia y más tarde a las costas de Labrador y Terranova en (Canadá). Aparte de ballenas también buscaban comerciar con pieles y, sobre todo, pescar bacalao. Todo este comercio y relación con los pobladores locales tuvo como consecuencia la aparición de sendas lenguas créole o pidgin: el vasco-islandés en Islandia y el algonquino-vasco en Terranova y Labrador.
La pesca de la ballena
La pesca de la ballena franca tenía la ventaja de que una vez muerta, ésta no se hundía como ocurría con otras especies. Esto supuso que principalmente se utilizasen dos técnicas para pescarlas.
Pesca en el Cantábrico
La pesca se realizaba en las costas del Cantábrico, para lo cual se disponía de atalayas en las que un vigía observaba el paso de las ballenas. En el momento adecuado daba un aviso al puerto de tal forma que los arrantzales (pescadores) se subían a sus chalupas (los botes), tras lo cual se iniciaba una carrera por arponear primero a la ballena, ya que el primero obtenía ciertos privilegios en la venta del animal, derivándose de ello disputas entre los distintos pueblos costeros.
La temporada de pesca tenía lugar tras la vuelta de sus cuarteles de alimentación en el mar del Norte en otoño, entre octubre y mayo. Sobre todo estaban presentes desde noviembre a marzo, que eran los meses que duraban los contratos de las compañías para la pesca de ballenas (Ciriquiaín, 1961; Castañón, 1964). En las tres primeras décadas del siglo XVII, se pagaron al monasterio de Santa María de Caión (La Coruña) los diezmos correspondientes a las ballenas capturadas (Canoura, 2002) y su distribución temporal muestra una presencia constante y no un simple tránsito de ejemplares a otras latitudes. Las ballenas entraban en los meses de octubre a noviembre hacia los puntos más interiores delGolfo de Vizcaya, más tarde entre diciembre y enero se desplazaban hacia alta mar y hacia el oeste, hasta llegar a las costas de Galicia en los meses de abril a mayo. En un principio, los balleneros vascos esperaban a que apareciesen ante sus puertos, pero posteriormente y ante la progresiva escasez de ballenas fueron persiguiéndolas por toda la costa cantábrica mediante una navegación de cabotaje, perfeccionando así sus técnicas.
Años después lo aprendido en costas cercanas lo emplearon para llegar a Islandia y Terranova en busca de bacalao y las otrora abundantes ballenas.
Número de ballenas capturadas
- Entre 1517 y 1662 los pescadores de Lequeitio pescaron 45 ballenas, de las cuales 7 eran crías.
- Entre 1637 y 1801 los pescadores de Zarauz pescaron 55 ballenas.
- Entre 1728 y 1789 pescadores de Guetaria pesaron 12 ballenas, y los años anteriores una media de 4 a 10 por año.
- El 14 de mayo de 1901 se pesca la última ballena franca en Orio aunque se mató con dinamita, ya que no quedaban vestigios de la técnica tradicional, en honor a lo cual se compuso una canción.
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