Transcripción de El rol de la mujer en el siglo XX y XXI
La nueva mujer en nuestro país
Sin duda alguna uno de los mayores cambios del siglo XX ha sido la incursión de la mujer en la vida social, política, y económica, y su participación activa en todos estos ámbitos, cosa que antes le estaba negada. Puede que uno de los factores decisivos en este cambio, hayan sido las guerras, ¿por qué?, debido a que en muchos casos las mujeres han tenido que reemplazar a los hombres, quienes al enlistarse en el ejército, delegaban sus trabajos y ocupaciones a sus mujeres. Quizá esta razón no sea la más importante para este cambio, pero ha sido un paso para lograrlo.
Cambios del siglo XX
En los siglos XVIII y XIX, las mujeres se percibían como frágiles y delicadas, ideas que se nutrían de las creencias de que no eran aptas para el exigente trabajo físico e intelectual. La mujer era marginada hasta el punto casi de no considerarse como persona; por su condición sexual, se le educaba para el matrimonio; saber lavar, cocinar, planchar, coser y bordar; y primordialmente para tener hijos y ser madres, su biología predeterminaba su destino y su papel en la sociedad y en la familia.
La mujer antigua...
Cuando la mujer comienza a ingresar al ámbito social, económico y político a mediados del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, a trabajar en las fábricas, lo hace desde el más bajo nivel sufriendo tanto malas condiciones de trabajo, salarios mínimos, discriminación racial y acoso sexual. A esta situación se sumó a una idea que rondaba en el mundo de la época que proponían los filósofos de la Ilustración: igualdad entre varones y mujeres. A pesar de ello, todavía eran voces aisladas que dependían y eran controladas primero por sus padres y luego por sus maridos. Esto quiere decir que las mujeres no tenían derecho alguno, ni siquiera a poder usar anestesia durante el parto debido a que creían que eso estaba en contra de la voluntad de Dios. Se justificaban a través del decreto bíblico que sentenciaba a las mujeres: "con dolor darás a luz los hijos".
Cuando comienzan los cambios?
La mujer del siglo XXI
La igualdad jurídica entre hombres y mujeres en Argentina se fue perfeccionando con el paso del tiempo, aunque aún quedan muchos aspectos por tratar. la reforma que marcó un antes y un después en la vida de las mujeres fue la que ocurrió en 1968 con la ley Nº 17.711, otorgándoles a las mujeres la plena capacidad civil, es decir igualándolas jurídicamente a los hombres.
Algunas desigualdades para la mujer casada subsistieron: el domicilio de la pareja siguió siendo el del marido, el padre conservó en principio la patria potestad, como así también la ley de nombre Nº 18.248 la obligaba a utilizar, después del apellido de soltera, la preposición “de” y el apellido del esposo.
La mujer frente a los prejuicios, el sexismo, la misoginia y el machismo
El resultado de un proceso
La visibilidad de las mujeres en el hogar, la escuela, los mercados de trabajo y la sociedad en general, ha evolucionado notoriamente. Algunos de los avances fueron:
• Las mujeres van más a la escuela que los hombres.
Hoy en día, en casi todos los países de la región la brecha de escolaridad favorece a las mujeres.
•
La participación laboral femenina ha aumentado, mientras la de los hombres se mantiene casi constante.
La mayor parte del aumento en la participación laboral femenina en las últimas dos décadas se explica por el aumento entre las mujeres casadas jóvenes. Durante el mismo período, la participación de la fuerza de trabajo masculina se mantuvo casi constante en la región.
•
La proporción de hogares encabezados por mujeres aumentó.
•
La fecundidad ha caído.
Este fenómeno se refleja, entre otras, en las estadísticas sobre la presencia de niños en los hogares.
•
Las decisiones de matrimonio, la educación y el trabajo han evolucionado.
La mujer del siglo XXI
Un proceso que no termina... La igualdad como objetivo
Se observa un fuerte proceso de expansión de la fuerza de trabajo femenina, la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo ha aumentado considerablemente en las últimas décadas; y su presencia tiende a ser permanente.
Las mujeres han logrado progresos importantes en cuanto a su participación en los mercados de trabajo y el capital humano que aportan a él, pero los mercados siguen recompensándolas por debajo de sus pares hombres. Esta situación de desventaja de la mujer frente al varón se constata analizando algunas características del mercado de trabajo femenino:
•
Un mercado laboral muy segmentado horizontalmente,
concentración de las mujeres en un conjunto reducido de ocupaciones que se definen como femeninas en términos culturales. Las mujeres trabajan, fundamentalmente como maestras y profesoras, enfermeras, secretarias, empleadas de oficina y vendedoras de comercio, etc.
•
Las mujeres se encuentran sobre-representadas en actividades vinculadas al sector servicio de baja calificación laboral,
el servicio doméstico ocupa un lugar preponderante, sobre el total de la ocupación femenina el sector representa el 18%.
•
Al mismo tiempo se observa un mercado laboral muy segmentado verticalmente.
Concentración de las mujeres en los puestos de menor jerarquía de cada ocupación, lo cual implica puestos de trabajo peor remunerados y más inestables.
•
Brecha salarial entre varones y mujeres.
El ingreso percibido por las mujeres durante su vida activa, es inferior al de los hombres, en promedio, alrededor de un 30 % menos. Las mujeres están concentradas en los grupos de ingresos bajos y medios mientras que los varones se concentran principalmente en los grupos de ingresos medios y altos.
•
Las mujeres han presentado mayores índices de desocupación que los varones durante la década.
La mujer en el siglo XXI
La mujer actual... buen o mal resultado?
Es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, han pasado a convertirse en una mercancía dedicada al disfrute, generalmente, del hombre. En la cosificación de la mujer presente en la publicidad se ve claramente como la mujer es privada de su dignidad como ser humano inteligente y solamente se le considera como un “cuerpo vacío”. Esta forma de violencia simbólica, que resulta casi imperceptible, somete a todas las mujeres a través de la publicidad, las revistas, las series de televisión, las películas, los videos musicales, las noticias, etc. ¿Pero en qué consiste realmente la cosificación? Se trata del acto de representar o tratar a una persona como a un objeto. Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona.
El rol de la mujer en el siglo XX y XXI
Los
prejuicios
generan las diferencias sexuales entre los géneros (femeninos y masculinos) subordinando a la mujer; se sostiene que los estereotipos de géneros, y la asociación de la mujer a determinados roles sociales son uno de los obstáculos que debe enfrentar. Para operar o conducir un país, los hombres parecían más confiables y si se trata de enseñar o cuidar niños, las mujeres eran consideradas como más competentes.
El
sexismo
contra las mujeres forma parte de la teoría feminista y, por lo tanto, de la acción en defensa de las mujeres que promueve el feminismo.
Por otro lado la
misoginia
es la aversión u odio a las mujeres, la tendencia ideológica que consiste en despreciar a la mujer como sexo y con ello todo lo considerado como femenino. La misoginia no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer (machismo), sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino.
Sexismo, machismo y misoginia son los factores de riesgo de la violencia contra las mujeres o violencia desde la perspectiva de género.
La mujer es muy importante en la actual sociedad, su influencia es muy importante en la actualidad. Por eso, si se deteriora a la mujer y a su dignidad y valores, se corrompe a la sociedad.
No obstante, a pesar de que el aumento de la participación femenina en el mercado laboral, ha ido acompañado de un incremento en su nivel de escolaridad, la inserción en el mercado de trabajo no se produce en un marco de igualdad de condiciones con los varones, ya que las mujeres se insertan con ciertas desventajas que dificultan su acceso y
Sin duda alguna uno de los mayores cambios del siglo XX ha sido la incursión de la mujer en la vida social, política, y económica, y su participación activa en todos estos ámbitos, cosa que antes le estaba negada. Puede que uno de los factores decisivos en este cambio, hayan sido las guerras, ¿por qué?, debido a que en muchos casos las mujeres han tenido que reemplazar a los hombres, quienes al enlistarse en el ejército, delegaban sus trabajos y ocupaciones a sus mujeres. Quizá esta razón no sea la más importante para este cambio, pero ha sido un paso para lograrlo.
Cambios del siglo XX
En los siglos XVIII y XIX, las mujeres se percibían como frágiles y delicadas, ideas que se nutrían de las creencias de que no eran aptas para el exigente trabajo físico e intelectual. La mujer era marginada hasta el punto casi de no considerarse como persona; por su condición sexual, se le educaba para el matrimonio; saber lavar, cocinar, planchar, coser y bordar; y primordialmente para tener hijos y ser madres, su biología predeterminaba su destino y su papel en la sociedad y en la familia.
La mujer antigua...
Cuando la mujer comienza a ingresar al ámbito social, económico y político a mediados del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, a trabajar en las fábricas, lo hace desde el más bajo nivel sufriendo tanto malas condiciones de trabajo, salarios mínimos, discriminación racial y acoso sexual. A esta situación se sumó a una idea que rondaba en el mundo de la época que proponían los filósofos de la Ilustración: igualdad entre varones y mujeres. A pesar de ello, todavía eran voces aisladas que dependían y eran controladas primero por sus padres y luego por sus maridos. Esto quiere decir que las mujeres no tenían derecho alguno, ni siquiera a poder usar anestesia durante el parto debido a que creían que eso estaba en contra de la voluntad de Dios. Se justificaban a través del decreto bíblico que sentenciaba a las mujeres: "con dolor darás a luz los hijos".
Cuando comienzan los cambios?
La mujer del siglo XXI
La igualdad jurídica entre hombres y mujeres en Argentina se fue perfeccionando con el paso del tiempo, aunque aún quedan muchos aspectos por tratar. la reforma que marcó un antes y un después en la vida de las mujeres fue la que ocurrió en 1968 con la ley Nº 17.711, otorgándoles a las mujeres la plena capacidad civil, es decir igualándolas jurídicamente a los hombres.
Algunas desigualdades para la mujer casada subsistieron: el domicilio de la pareja siguió siendo el del marido, el padre conservó en principio la patria potestad, como así también la ley de nombre Nº 18.248 la obligaba a utilizar, después del apellido de soltera, la preposición “de” y el apellido del esposo.
La mujer frente a los prejuicios, el sexismo, la misoginia y el machismo
El resultado de un proceso
La visibilidad de las mujeres en el hogar, la escuela, los mercados de trabajo y la sociedad en general, ha evolucionado notoriamente. Algunos de los avances fueron:
• Las mujeres van más a la escuela que los hombres.
Hoy en día, en casi todos los países de la región la brecha de escolaridad favorece a las mujeres.
•
La participación laboral femenina ha aumentado, mientras la de los hombres se mantiene casi constante.
La mayor parte del aumento en la participación laboral femenina en las últimas dos décadas se explica por el aumento entre las mujeres casadas jóvenes. Durante el mismo período, la participación de la fuerza de trabajo masculina se mantuvo casi constante en la región.
•
La proporción de hogares encabezados por mujeres aumentó.
•
La fecundidad ha caído.
Este fenómeno se refleja, entre otras, en las estadísticas sobre la presencia de niños en los hogares.
•
Las decisiones de matrimonio, la educación y el trabajo han evolucionado.
La mujer del siglo XXI
Un proceso que no termina... La igualdad como objetivo
Se observa un fuerte proceso de expansión de la fuerza de trabajo femenina, la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo ha aumentado considerablemente en las últimas décadas; y su presencia tiende a ser permanente.
Las mujeres han logrado progresos importantes en cuanto a su participación en los mercados de trabajo y el capital humano que aportan a él, pero los mercados siguen recompensándolas por debajo de sus pares hombres. Esta situación de desventaja de la mujer frente al varón se constata analizando algunas características del mercado de trabajo femenino:
•
Un mercado laboral muy segmentado horizontalmente,
concentración de las mujeres en un conjunto reducido de ocupaciones que se definen como femeninas en términos culturales. Las mujeres trabajan, fundamentalmente como maestras y profesoras, enfermeras, secretarias, empleadas de oficina y vendedoras de comercio, etc.
•
Las mujeres se encuentran sobre-representadas en actividades vinculadas al sector servicio de baja calificación laboral,
el servicio doméstico ocupa un lugar preponderante, sobre el total de la ocupación femenina el sector representa el 18%.
•
Al mismo tiempo se observa un mercado laboral muy segmentado verticalmente.
Concentración de las mujeres en los puestos de menor jerarquía de cada ocupación, lo cual implica puestos de trabajo peor remunerados y más inestables.
•
Brecha salarial entre varones y mujeres.
El ingreso percibido por las mujeres durante su vida activa, es inferior al de los hombres, en promedio, alrededor de un 30 % menos. Las mujeres están concentradas en los grupos de ingresos bajos y medios mientras que los varones se concentran principalmente en los grupos de ingresos medios y altos.
•
Las mujeres han presentado mayores índices de desocupación que los varones durante la década.
La mujer en el siglo XXI
La mujer actual... buen o mal resultado?
Es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, han pasado a convertirse en una mercancía dedicada al disfrute, generalmente, del hombre. En la cosificación de la mujer presente en la publicidad se ve claramente como la mujer es privada de su dignidad como ser humano inteligente y solamente se le considera como un “cuerpo vacío”. Esta forma de violencia simbólica, que resulta casi imperceptible, somete a todas las mujeres a través de la publicidad, las revistas, las series de televisión, las películas, los videos musicales, las noticias, etc. ¿Pero en qué consiste realmente la cosificación? Se trata del acto de representar o tratar a una persona como a un objeto. Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona.
El rol de la mujer en el siglo XX y XXI
Los
prejuicios
generan las diferencias sexuales entre los géneros (femeninos y masculinos) subordinando a la mujer; se sostiene que los estereotipos de géneros, y la asociación de la mujer a determinados roles sociales son uno de los obstáculos que debe enfrentar. Para operar o conducir un país, los hombres parecían más confiables y si se trata de enseñar o cuidar niños, las mujeres eran consideradas como más competentes.
El
sexismo
contra las mujeres forma parte de la teoría feminista y, por lo tanto, de la acción en defensa de las mujeres que promueve el feminismo.
Por otro lado la
misoginia
es la aversión u odio a las mujeres, la tendencia ideológica que consiste en despreciar a la mujer como sexo y con ello todo lo considerado como femenino. La misoginia no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer (machismo), sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino.
Sexismo, machismo y misoginia son los factores de riesgo de la violencia contra las mujeres o violencia desde la perspectiva de género.
La mujer es muy importante en la actual sociedad, su influencia es muy importante en la actualidad. Por eso, si se deteriora a la mujer y a su dignidad y valores, se corrompe a la sociedad.
No obstante, a pesar de que el aumento de la participación femenina en el mercado laboral, ha ido acompañado de un incremento en su nivel de escolaridad, la inserción en el mercado de trabajo no se produce en un marco de igualdad de condiciones con los varones, ya que las mujeres se insertan con ciertas desventajas que dificultan su acceso y
LAS MUJERES, SUJETO DE LA HISTORIA
El feminismo es un movimiento de toma de conciencia y lucha de las mujeres por sus derechos y su emancipación social; así como por la igualdad real en la sociedad, de todos, hombres y mujeres, como personas.
La situación social de partida de las mujeres es la de objeto decorativo y fuente de placer, además de ser la “chacha” de los hombres.
Las mujeres se han encontrado relegadas a un segundo plano salvo algunas excepciones, del proceso histórico. Superando en muchas ocasiones en número al sexo masculino. A partir del siglo XVIII esta situación empezó a cambiar y ahora, en el siglo XXI las diferencias entre mujeres y hombres en los ámbitos laborales y cotidianos aun no son nulas.
Las mujeres han sido marginadas y olvidadas a lo largo de los siglos, a excepción de algunas, que han hecho cosas muy muy importantes, y esas, no han podido ser apartadas del proceso histórico.
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.
Los cinco roles de la mujer en la Los LoLos cinco roles de la mujer en la sociedad actual
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
1. Profesional trabajadora
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
2. Cónyuge
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
3. Madre
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
4. Administradora del hogar
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
5. Mujer
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.s cinco roles de la mujer en la sociedad actual
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
1. Profesional trabajadora
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
2. Cónyuge
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
3. Madre
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
4. Administradora del hogar
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
5. Mujer
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.cinco roles de la mujer en la sociedad actual
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
1. Profesional trabajadora
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
2. Cónyuge
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
3. Madre
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
4. Administradora del hogar
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
5. Mujer
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.sociedad actual
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
1. Profesional trabajadora
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
2. Cónyuge
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
3. Madre
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
4. Administradora del hogar
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
5. Mujer
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.
El hombre en sí ha sido el objeto de la historia, ellos han hecho las cosas “más importantes”, y así consta en los estudios históricos formando pues una historia androcéntrica. (Visión del mundo y de las relaciones sociales derivada de la consideración del hombre como el elemento más importante).
2. EL SIGLO XVIII: TRABAJO, FAMILIA Y NUEVAS IDEAS
A partir del siglo XV hubo algunas mujeres que se involucraron en la reivindicación sobre los derechos de la mujer. Esta corriente de pensamiento fue conocida como la querelle des femmes. Una disputa entre escritoras y escritores sobre la dignidad de las mujeres que se prolongaría el siglo siguiente y que tendría entre sus representantes a Margarita de Navarra. Reivindicaron reformas sociales así como el acceso a la educación y a la cultura. Este movimiento se extendió hasta finales del siglo XVIII, pues, en este siglo se iniciaron los cambios.
-FAMILIA, CASA Y TRABAJO-
En la casa se producía la mayor parte de lo necesario para subsistir. Todos los miembros, según su edad y sexo, colaboraban en casa. Las mujeres como siempre, tenían doble trabajo: el doméstico y en la industria rural (sistema doméstico).
En el ámbito rural, las familias vivían de lo que sus campos podían ofrecerles, siendo una situación bastante insegura, ya que eso dependía del tiempo, y eso no se podía predestinar.
En las ciudades la vida de la familia giraba alrededor de las factorías y talleres. Y sobre todo en esta situación las mujeres no solo se encargaban de las tareas domésticas sino que, también trabajaban en los talleres, sobre todo en las manufacturas textiles.
La mujer seguía estando regida por leyes morales y clasificada según su estado civil; los casamientos seguían siendo una elección paterna y de conveniencia. Una mujer soltera estaba mal visto en aquella época, sin embargo, la viudedad era el estado que más respeto se ganaba.
-LAS IDEAS DE LA ILUSTRACÍON-
La Ilustración trajo consigo principios de igualdad y libertad. Las mujeres aprovecharon el acontecimiento de la Revolución Francesa para reivindicarse e incluso participaron en los denominados motines de subsistencia. Además existían organizaciones de mujeres que apoyaban la causa. Una mujer reivindicativa de esta época es Olimpia de Gouges que escribió en 1791 los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana que le llevaron al patíbulo en 1793.Napoleón Bonaparte dictó el Código Civil en el que se les quitaba los derechos a las mujeres. El contenido de este Código se extendió por Europa y Estados Unidos.
3. EL SIGLO XIX: DEL TRABAJO EN LA CASA A LAS FÁBRICAS
-DE TRABAJADORAS A OBRERAS-
Llevar el doble trabajo (el de la casa y en los talleres) a las mujeres se les hizo casi imposible, puesto que se duplicaron las horas de trabajo en el sistema fabril. Así que solo las solteras pudieron ejercer este trabajo.
-LAS IDEAS SOBRE LAS MUJERES-
La gente opinaba que la función de la mujer era ser ama de casa y esposa y madre. Así pues, trabajar en una fábrica estaba mal visto porque lo veían como un desafío al género trabajador (dícese el masculino).
-LA RESPUESTA DE LAS MUJERES-
En Estados Unidos nació el movimiento sufragista, una reivindicación de la equiparación política y legislativa, acto que hizo que se escuchara a las mujeres. En el Reino Unido se hicieron algunas reformas a favor de las mujeres.
Algunas otras se unieron en las “campañas contra el vicio” para quitar las leyes que regulaban la prostitución, que ellas calificaron como degradantes y que atacaban a su privacidad. Esta ley daba derecho a un policía a acusar a una mujer de prostituta sin más motivo que el de sospecha y hacer que esta mujer se hiciera una revisión médica y que el policía la registrara.
En Gran Bretaña se fundó la “asociación nacional de las damas” por Josephine Butler. Esta asociación fue fundada para la reivindicación de las leyes estatales que regulaban la prostitución.
4. EL SIGLO XX: HACIA LA IGUALDAD DE DERECHOS
Las asociaciones de mujeres se fueron disolviendo cuando, el 1 de Octubre de 1931 fue aprobado el sufragio universal en el Congreso de los Diputados.
A partir del siglo XX cambió la condición social de las mujeres; fumaban, conducían… y a nadie le parecía algo raro.
A partir de la Primera Guerra Mundial se incorporaron a las fábricas y se pusieron al cargo de servicios sociales.
Será después de la Segunda Guerra Mundial cuando el feminismo, como ideología, sea asumido por toda la sociedad, y ello gracias a la información y a la sociedad de masas. Las mujeres se incorporaron al ámbito laboral y esto supuso la segunda ola del feminismo.
-LA SEGUNDA OLA DEL FEMINISMO-
En los años 60 se puso en evidencia en toda Europa un sistema político y social sexista, racista e imperialista.
Se produjeron crisis de valores que llevaron a protestas por parte de la ciudadanía femenina como la de Mayo del 68.
En general las mujeres reivindicaron en condiciones de igualdad con los varones el acceso a todos los
ámbitos y niveles de la actividad humana. Tras los años de entreguerras, las preocupaciones feministas volvieron a aparecer a finales de la década de los sesenta como el movimiento de liberación de la mujer. Este movimiento resucitó los antiguos sueños de igualdad política y económica, pero también fue más lejos, y exigió una transformación radical de la sociedad.
ámbitos y niveles de la actividad humana. Tras los años de entreguerras, las preocupaciones feministas volvieron a aparecer a finales de la década de los sesenta como el movimiento de liberación de la mujer. Este movimiento resucitó los antiguos sueños de igualdad política y económica, pero también fue más lejos, y exigió una transformación radical de la sociedad.
Esta ola tuvo su origen en la percepción por parte de las mujeres de la injusticia de su situación y en su rechazo a aceptarla. El nuevo movimiento de liberación de la mujer se creó en oposición a hombres de una misma ideología. Las feministas insistían ahora en que la igualdad que se suponía que habían alcanzado no era igualdad en absoluto. Criticaron la contradicción existente entre los ideales y la práctica, entre las promesas y la realidad, entre lo que les decían que habían conseguido y la percepción concreta de su propia situación. Uno de los primeros lemas y convicciones del movimiento de liberación de la mujer es que "lo personal es político", que las experiencias personales de las mujeres son válidas y tienen importantes consecuencias políticas para la sociedad y la cultura. Temas que antes eran "innombrables", como el aborto y la violación, se convirtieron así en cuestiones de discurso político y acción feminista.
A lo largo de la década de los setenta, el movimiento de la liberación de la mujer consiguió para las mujeres del mundo occidental un cierto grado de control sobre sus propios cuerpos, especialmente sobre su fecundidad y sexualidad. A lo largo de la historia europea, las iglesias y los gobiernos habían procurado regular ambas cosas. La liberación de la mujer luchó con éxito por conseguir derechos relacionados con el divorcio, por la igualdad en el matrimonio y respecto a la tutela de los hijos, por que se pusiera fin a las desventajas legales de las madres solteras y de sus hijos. El movimiento concentró sus energías particularmente en conseguir que las mujeres tuvieran acceso a los medios anticonceptivos y al aborto y en terminar con las leyes que declaraban ambos ilegales. Además, el movimiento promovió una nueva actitud ante la violación y logró hacer que la violencia sexual contra las mujeres fuera una cuestión política. Cuestionó la doble moral para los hombres y mujeres, el estatus marginal de las prostitutas, incluso la creencia de que los humanos eran por naturaleza heterosexuales. Las campañas por el derecho a los anticonceptivos y al aborto hicieron también que las mujeres rechazaran las tradiciones que intentaban controlar su sexualidad además de su fertilidad. Las feministas hacían visibles temas que antes habían sido tabú: la masturbación, el incesto, la homosexualidad, la violación, la menstruación. Hicieron de tres cuestiones asuntos de política general y reforma jurídica: los derechos de las prostitutas, la violencia sexual contra las mujeres y los derechos de los homosexuales, especialmente de las lesbianas.
En las últimas décadas, el movimiento de la liberación de la mujer ha tenido como objetivo prioritario cambiar todas las situaciones de desigualdad y discriminación que vivimos las mujeres a nivel social, económico y político, centrándose sobre todo en la violencia sexista y la feminización de la pobreza. Su meta sigue siendo transformar no sólo la vida de las mujeres, sino la de toda la sociedad.
-EL RETO DEL FUTURO: LA IGUALDAD DE HECHO-
La historia ya ha cambiado, pues los padres por igual, educan a los niños y hacen las tareas domésticas.
Pero, (como casi siempre tiene que haber un pero…) , todavía hay diferencias que nos afectan:
-Las mujeres trabajamos más tiempo que los hombres.
-Hay pocas mujeres en cargos de poder.
-Hay más mujeres desempleadas.
-Los medios de comunicación, sobre todo, ponen a la mujer de: ama de casa, tonta… (¿qué hace una mujer hablando con un dibujo? Me refiero a Mister Proper, ahora conocido como Don Limpio, y ¿por
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.
La sociedad en la que vivimos "exige" que la mujer tenga que estar arreglada, que luzca bonita, que cuide su físico, su peinado, que se vea bien. A los veinte años esta cuestión se lleva fácilmente, pero a medida que pasan los años conseguirlo requiere de mayor tiempo y de más esfuerzo (económico, personal y familiar). Hacerlo no es una frivolidad, sino una necesidad, pues "estar bien" significa tener una imagen de aspecto agradable cuando se mira al espejo; significa cuidar la salud y la apariencia, sin vivir para la apariencia. Todas sabemos que la mujer que está bien consigo misma tiene también una buena imagen exterior que proyecta hacia los demás.qué son los hombres los que tienen la mejor solución para asuntos de limpieza? El mayordomo del algodón…pues si tan listos son,¡qué limpien ellos!).
Los cinco roles de la mujer en la sociedad actual
El Siglo XXI es el siglo de las mujeres. Somos buenas madres, buenas trabajadoras, buenas amas de casa, buenas amantes pero también mujeres.
1. Profesional trabajadora
Hablamos de la mujer que realiza un trabajo remunerado, bien sea por cuenta propia o ajena, sea una profesional liberal, tenga una empresa, sea funcionaria, o trabaje a tiempo completo o a tiempo parcial, de forma fija o eventual.
2. Cónyuge
Como esposa, en este rol se ocupará cariñosa y atentamente de su pareja y frecuentemente le ayudará en sus temas personales, como pedir por él cita en el médico o con el peluquero, comprarle sus artículos personales (ropa, artículos de aseo y similares) o ayudarle en situaciones complicadas que se pudieran presentar.
3. Madre
Cuando la mujer también es madre, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes. La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los menús, hace las compras, media en las riñas entre los niños, domina la medicina pediátrica, encuentra los calcetines que se desemparejaron, toma la temperatura al niño cuando éste duerme y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia.
4. Administradora del hogar
Tanto si la mujer se ocupa personalmente de las tareas domésticas, como si supervisa a la persona que las realiza (empleada del hogar), o situaciones intermedias (personas de apoyo que realizan ciertas tareas: plancha, cuidado de los niños en ciertas horas, limpiezas de la vivienda puntuales...) es la mujer en la mayor parte de los casos la responsable final del hogar.