miércoles, 12 de diciembre de 2018

Jokin tema 4


División del imperio Romano.




El Imperio Romano empezó su decadencia apartar del siglo III d.C. padeciendo una larga y penosa agonía, por la incapacidad de sus emperadores. Estos no supieron controlar la crisis interna y tampoco pudieron detener las invasiones de los bárbaros.

1. CAUSAS INTERNAS

1.1 DEBILIDAD DEL GOBIERNO ROMANO

Tuvo su origen en la mala gestión de los gobernantes, corrupción de los funcionarios y la ambición de los generales, los cuales desataron las guerras civiles por más de un siglo.
En estas condiciones el ejército se torno poderoso y ambicioso, eligiendo como emperadores a sus generales, y después de un tiempo lo asesinaban.
Otra causa fueron las persecuciones de los emperadores contra los cristianos y la crisis social y económica.

1.2 DIVISIÓN DEL IMPERIO

Teodosio el último emperador romano de origen español, antes de morir dividió el Imperio entre sus hijos. Arcadio y Honorio, en el año 395 d.C.
Arcadio, el mayor, gobernó el Imperio Romano de Oriente: que comprendía los territorios de Grecia, Macedonia, Turquía, Siria, Palestina y Egipto. La capital fue Constantinopla.
Honorio el menor, reino en el Imperio Romano de Occidente; los territorios que en la actualidad pertenecen a Italia, Francia, España, Portugal, Inglaterra y el norte de África. La capital fue la ciudad de Milán, pero en la práctica siguió siendo Roma.



Mapa de la division del imperio romano
Mapa de la division del imperio romano


2. CAUSAS EXTERNAS

2.1 LAS INVASIONES BÁRBARAS

Los bárbaros era tribus que vivían fuera de los límites del Imperio Romano y que no habían sido dominados. Eran pueblos que se dedicaron a la agricultura y el pastoreo.
Procedentes de diversos puntos de Europa y Asia, invadieron el Imperio Romano en distintas épocas. Algunos grupos ingresaron de forma pacífica a servir al ejército, en las labores del campo y de la industria.

2.2 LAS PRINCIPALES INVASIONES

a. Los Visigodos

Procedentes de la región del Danubio. Ocuparon el sur de las Galias y la península Iberica, donde implantaron el Reino Visigodo, con su capital en Toledo.

b. Los Ostrogodos

Empujados por los hunos, de las orillas del mar Negro, invadieron Italia y allí fundaron el Reino Ostrogodo.

c. Los Anglos y los Sajones

Tribus de las costas del mar del norte, cruzaron el Canal de la Mancha y se establecieron en Inglaterra.

d. Los Suevos, Vándalos y Alanos

Ante la presión de los Hunos, los Alamos abandonaron sus tierras al sur de Rusia y por el río Danubio llegaron al territorio de los Vándalos y Suevos. Estas tribus unidas, franquearon el río Rin y fueron rechazados por los romanos en Galia. Vencidos se dirigieron hacia el oeste y ocuparon España.

e. Los Vandalos

Ocuparon posteriormente el norte de África; desde allí cruzaron el Mediterráneo y saquearon Roma.

f. Los Hunos

Procedentes de Mongolia, al mando de Atila, atravesaron el río Rin, devastaron Bélgica y llegaron al norte de Galia. Atila llamado el Azote de Dios, fue vencido por un ejercito bárbaro-romano al mando del general romano Aecio, en la batalla de los Campos Catalaunicos a orillas del río Marne. El siguiente año desde Germania, invadieron nuevamente Italia, pero no devasto Roma gracias a la intervención del Papa León I. Después de aterrar por medio siglo, Atila se retiro a la región del Danubio, donde murió, disipándose la amenaza de los Hunos sobre Europa.

g. Los Francos y Burgundios

Ellos vinieron desde Germania, cruzaron el río Rin y se establecieron en Galia.

3. CAIDA DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE

Después de una serie de emperadores en Roma, asumió el poder Rómulo Augústulo, un niño de diez años. De esta situación e aprovecho Odoacro, jefe bárbaro de los Hérulos, quien el 476 d.C. a la cabeza de su tropa invadió Italia y depuso al emperador.
El Imperio Romano de Occidente llegaba a su fin. Solo continuo vigente el Imperio Romano de Oriente, con su capital en Constantinopla.


Sociedad del imperio bizantino.

JERARQUIZACIÓN SOCIAL
Pirámide de la Organización social del Imperio Bizantino
Pirámide de la Organización social del Imperio Bizantino
La jerarquización social del Imperio Romano de Oriente es muy similar a la de otros imperios de la Edad Media europea, donde la religión y el estado van de la mano para dirigir las sociedades en lo que se denomina un “mandato divino”. La nobleza primera clase social privilegiada estaba conformada por la Iglesia y la Aristocracia, donde el basileus, quien “obtenía su autoridad de Dios” y no de su predecesor, era su dirigente y el único que podía nombrar los patriarcas de la Iglesia Ortodoxa.
Un talante particular de la sociedad bizantina es la jerarquía de la religión y del estamento eclesiástico en su ideología oficial, Iglesia y Estado, emperador y patriarca, se hermanaron constantemente, para gobernar una sociedad cohesionada por la “verdadera fe” (la «ortodoxia»).  De la aristocracia emanaban los funcionarios de los altos cargos administrativos del Imperio (la burocracia), que junto con grandes comandantes del Ejército habían heredados títulos nobiliarios y poseían inmensas extensiones de tierra y una privilegiada posición social. El clero, se volvió muy poderoso gracias a las constantes donaciones que recibía.

Algunos comerciantes juntaron riqueza gracias al prospero tráfico comercial. Sin embargo, por más acumulación de bienes que tuvieran no podían acceder a cargos políticos, continuaban perteneciendo al sector no privilegiado de la sociedad bizantina. La actividad artesanal, por su parte, resultaba muy próspera, se elaboraban productos como sedas, perfumes o jabones. Los artesanos bizantinos se organizaban en gremios. Cada gremio se dedicaba a la fabricación de un producto concreto y dependía de la administración imperial. Los campesinos hacían su aporte social con la agricultura y la ganadería. Los siervos libres o sin libertad carecían de cualquier derecho y ocupaban el último peldaño en la escala social.
Ilustración que representa los diferentes roles sociales en el imperio Bizantino
Ilustración que representa los diferentes roles sociales en el Imperio Bizantino
El papel de la mujer en el Imperio bizantino

Gracias a la Emperatriz Teodora (501-548), las mujeres alcanzaron importantes conquistas sociales. Siendo prostituta conoció al Emperador Justiniano y aunque existía una ley que prohibía a la nobleza casarse con mujeres de orígenes dudosos, Teodora una mujer bella e inteligente consiguió casarse con el emperador. Pero no se conformó con ser su bella esposa, consiguió que el Emperador creara numerosas leyes que defendían la igualdad de la mujer.

Teodora fue autora de la primera ley del aborto que se conoce. Cambió la ley matrimonial restringiendo el derecho masculino a la bigamia y protegió del castigo al adúltero o la adúltera. También autorizó el matrimonio entre miembros de distintas clases sociales, razas o religiones y permitió que la mujer se pudiera divorciar libremente. A demás consiguió que se impusieran penas para los violadores y la prohibición de la prostitución forzosa. Creó planes de rescate para jóvenes que habían sido prostitutas, rehabilitándolas para otros oficios y mejoró el sistema de atención a la salud femenina.
Mosaico de la Emperatriz Teodora
Mosaico de la Emperatriz Teodora
Por otra parte, las mujeres de la nobleza bizantina eran vanidosas y presumidas, se sometían a verdaderos tratamientos de belleza, utilizaban cosméticos producidos con grasas de animales mezclados con mirra. Resaltaban la blancura de su tez destacando exageradamente el rojo en los labios y la forma de perfilar los ojos debía llamar la atención de quien las mirará.

Ana Comneno (1083-1153) fue una princesa bizantina, hija primogénita del emperador Alejo I Comneno, y es considerada la primera mujer historiadora. Una esmerada educación la convirtió en una erudita en literatura griega, historia, geografía, mitología y filosofía. Al acceder al trono su hermano Juan II Comneno, Ana y su madre se retiraron a un monasterio. Allí, Ana escribió en griego los quince tomos de “La Alexiada” historia referida al reinado de su padre Alejo I Comneno desde 1069 hasta su muerte. Ella es representante de un sin número de mujeres que sobresalieron en la historia del Imperio Romano de Oriente.

Vestimenta

La clase alta del Imperio Bizantino utilizaba la túnica como prenda básica de vestir, pero el aporte más notable en este período fue respecto a la introducción de los flecos, los adornos orientales y los bordados. También se observa la integración del manto semicircular sujeto en el hombro como indumentaria. Todos estos trajes se elaboraban de acuerdo a las pautas del libro de ceremonias imperial, donde todos debían vestir de acuerdo a este reglamento.
a vestimenta de la sociedad bizantina
La vestimenta de la sociedad bizantina es heredada de los romanos, con la introducción de la bota de cuero puntiaguda que hace su aparición, junto con el calzado revestido en seda y decorado con perlas, bordados o piedras preciosas.
El vestuario en el Imperio Bizantino era un símbolo de poder adquisitivo y de posición social: la nobleza usaba vestidos recargados con adornos hechos en oro y telas de excelente calidad y los campesinos llevaban solo prendas de paño y lana. El revestimiento del pie pasa de ser un elemento funcional a uno de carácter estético, esta moda se impuso por toda Europa en las clases aristocráticas.

LA VIDA SOCIAL

El hipódromo

El hipódromo fue el centro deportivo, social y político de la capital del Imperio Bizantino. Fue construido por Septimo Severo, cuando la ciudad tenía apenas una moderada relevancia provincial y todavía se llamaba Bizancio. Su construcción era parte de un proceso de cierta modernización, en la que además se levantaron nuevas murallas. Renovó completamente sus instalaciones cuando Constantino el Grande, en 324, trasladó la capital imperial de Roma a Bizancio, que pasó a ser llamada Constantinopla.

Se calcula que el hipódromo de Constantinopla medía cerca de 450 metros de largo y unos 130 de ancho, con una capacidad para 100.000 espectadores. Estaba atravesado por una pista en forma de U. Sobre las casillas, en el extremo norte del hipódromo de Constantinopla, había cuatro caballos construidos en bronce que representaban una cuadriga. Esos cuatro corceles, hoy conocidos como "Caballos de San Marcos" fueron saqueados durante la Cuarta Cruzada, en 1204, y emplazados como trofeo de la cristiandad en la fachada de la Basílica de San Marcos, en Venecia. La pista estaba decorada con otras estatuas de bronce de caballos y aurigas famosos, pero no se conserva ninguna. Lo más probable es que hayan sido destruidas cuando la ciudad cayó en manos de los turcos otomanos, en 1453.
Reconstrucción pictórica del centro administrativo de Constantinopla
Reconstrucción pictórica del centro administrativo de Constantinopla donde se ve el hipódromo, el Palacio Imperial y la Iglesia de Santa Sofía.
El palco del emperador, conocido como Kathisma, estaba situado en el extremo este de la pista. Al mismo se accedía directamente desde el Gran Palacio, a través de un pasillo que sólo el emperador y otros miembros de la familia imperial podían utilizar. En la base del Obelisco de Teodosio se observa un cuadro de este emperador en la Kathisma, ofreciendo una corona de laurel a los triunfadores de una carrera.

El "pan y circo" oriental

La pérdida de territorios y el debilitamiento económico y militar del Imperio Bizantino generaron el descontento popular. Muchos campesinos se resistían a ser reclutados o directamente se sumaban a las tropas invasoras. Para frenar el descontento, los emperadores bizantinos echaron mano al recurso que habían implementado los emperadores de Occidente: la política del "pan y circo'. Por supuesto, con más circo que pan, los espectáculos circenses fueron incentivados para entretener al pueblo. Sin gran oposición de la Iglesia, volvieron las luchas de gladiadores.

SITUACIÓN DEMOGRÁFICA DEL IMPERIO BIZANTINO

Bizancio es considerado un imperio multiétnico, heredero de la cultura romana, que surgió como un Estado cristiano y culminó, sus más de 1000 años de historia en 1453, como un Estado griego ortodoxo. Los bizantinos se identificaban a sí mismos como romanos, y alargaron el uso del término cuando se transformó en sinónimo de helenos.


Las mayores concentraciones de población del Imperio Bizantino estuvieron siempre en las regiones asiáticas, especialmente en el litoral egeo de Asia Menor. Pero Constantinopla no era la única gran ciudad del imperio. La población de Alejandría alcanzó unos 300.000 habitantes, y Antioquía, 250.000. La agricultura y el comercio eran las actividades principales y, en el ámbito artesanal, la producción textil. La vida urbana y la rural se combinaban satisfactoriamente y animaban un intercambio comercial de producción y consumo que sólo alteraban las guerras y sus secuelas de destrucción, hambruna y peste. La carga más pesada era el mantenimiento del ejército.
El Imperio bizantino hacia el año 1000
El Imperio bizantino hacia el año 1000. Desde el siglo VII, con la ascensión del Islam, el imperio perdió gran parte de sus territorios viéndose reducido a Anatolia y los Balcanes.
No es fácil calcular la población del imperio, precisamente por la variación de sus fronteras. Las mayores concentraciones de población estuvieron en la parte asiática, sobre todo en el litoral egeo de Asia Menor. Los demógrafos calculan que, hacia finales del siglo IV, la población total del Imperio Romano de Oriente alcanzaba los 25 millones de habitantes, repartidos en un área de unos 1.600.000 km². Hacia el siglo IX, sin embargo, tras la pérdida de las provincias de Siria, Egipto y Palestina y la crisis de población del siglo VI, albergaba alrededor de 13 millones de personas, esta vez en un territorio de 745.000 km².

Al promediar el siglo XIII, el Imperio Bizantino sufrió drásticas mermas territoriales. Las proyecciones demográficas establecen una población de no más de 4.000.000 de personas. Desde entonces, el territorio que abarcaba el imperio –y consecuentemente, su población- fue decreciendo de manera acelerada hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos, en 1453.

La concentración urbana

El crecimiento de Constantinopla fue espectacular en los siglos IV y V. En el siglo V, convertida en sede de la Iglesia Católica y del Papado, Roma contaba con sólo unos 100.000 habitantes. Constantinopla, en cambio, que en el momento de su fundación contaba escasamente con unos 30.000 habitantes, llegó en épocas de Justiniano a los aproximadamente 400.000 pobladores.

Constantinopla no era la única gran ciudad del Imperio Bizantino, Alejandría en esa misma época rondaba en torno de los 300.000 habitantes, y Antioquía gozaba de una población que llegaba a los 250.000 habitantes. El imperio contaba con otros grandes centros urbanos, como ÉfesoEsmirnaPérgamoTrebisonda, EdesaNicea, TesalónicaTebas y Atenas.
Constantinopla
Constantinopla
La sucesión de guerras acarreó desastres sanitarios que afectaron la evolución demográfica. En el siglo VI se produjo un importante retroceso en la urbanización. Los grandes centros poblacionales resultaron diezmados por las epidemias, a las que se unieron diversas catástrofes naturales, en especial numerosos sismos. Tras la pérdida de Siria, Palestina, Egipto y Cartago, en el Imperio Bizantino sólo quedaron dos grandes ciudades: Constantinopla y Tesalónica.

Al parecer, la población de Constantinopla decreció considerablemente durante los siglos VI y VII y sólo comenzó a recuperarse a mediados del siglo VIII. Se estima que su población sería de 300.000 habitantes durante el renacimiento macedónico, y de no menos de 500.000 bajo la dinastía de los Comneno.

En los últimos tiempos del imperio, las ciudades sufrieron un declive. El territorio se vio sometido a un proceso de ruralización, signado por un acelerado pasaje de grandes extensiones de tierra a manos privadas. Numerosas tierras fiscales debieron ser privatizadas por el Estado a fin de solventar los ya insostenibles gastos militares. Muchos de estos latifundios terminaron por convertirse en feudos independientes, cuyos propietarios pasaron a integrar gradualmente la nobleza feudal. Se estima que, en el momento de su conquista por los turcos, Constantinopla contaba con unos 50.000 habitantes, y Tesalónica, no superaba los 30.000.
Ilustración de las fuerzas otomanas ingresando a Constantinopla en mayo de 1453.
Ilustración de las fuerzas otomanas ingresando a Constantinopla en mayo de 1453

Sociedad del imperio carolingio.

Imperio Carolingio: Organización política, económica y social

Coronación de Carlomagno por el papa León III
Coronación de Carlomagno por el Papa León III
Estructura Política

Una vez asumido el poder, las primeras acciones de Carlomagno estuvieron encaminadas a asegurar su autoridad en todos sus dominios e intentar restaurar el Imperio Romano de Occidente. Durante el gobierno de Carlomagno, el reino franco pudo ampliar su territorio y establecer áreas de contención para prever futuros ataques. Desplazó sus fuerzas con una inteligencia moderna para su tiempo. Cuando los lombardos, ubicados en el norte de Italia, atacaron las posesiones de la Iglesia, Carlomagno acudió en ayuda del papa Adriano I. Derrotó a Desiderio, el rey lombardo, en la batalla de Pavía, pero aprovechó para que el territorio no quedase en manos de la Iglesia.
Con igual sagacidad actuó en el área sajona, la zona limitada por el río Rin y el mar Báltico, estaba dominada por los sajones. Este grupo no había podido ser evangelizado a pesar de los esfuerzos de los misioneros cristianos. Finalmente, en 785, el jefe sajón Widukindo fue bautizado, la región fue ocupada por colonos francos y los sajones fueron deportados.
Carlomagno sajones
Carlomagno logra la pacificación de los sajones y su compromiso a cristianizarse.
La llamada Marca Hispánica, asimilable en parte a los Pirineos, era el límite que, en Europa, separaba a los árabes de los cristianos. La gran preocupación de Carlomagno fue desalentar cualquier intento expansivo por parte del Islam. En 778, Carlomagno intervino en España a pedido del gobernador árabe de la ciudad de Zaragoza, enfrentado con el emir de Córdoba. La aspiración de liberar el territorio ibérico de manos de los árabes no fue posible, por lo que los carolingios debieron retirarse. A pesar de la derrota, Carlomagno logró establecer un área que actuaría como muro de contención ante posibles ataques árabes.
Hacia el este, el territorio que hoy conforma la moderna Hungría estaba dominado por el pueblo ávaro. A pesar de la excelente estrategia defensiva de los ávaros, estableciendo campamentos en forma de anillo, los francos lograron derrotarlos y apoderarse de su territorio.

Organización territorial

Sobresalió Carlomagno por su mentalidad moderna en la organización de su Imperio. La estructura política fue totalmente diferente a la de los anteriores reinos. De hecho, no escatimó esfuerzos para centralizar el poder, al mismo tiempo que procuró establecer una administración eficiente, pese a que no crecieron grandes ciudades ni una abundante burocracia. Aunque la ciudad de Aquisgrán había sido definida como la capital del imperio, la realidad indicaba que el epicentro se encontraba allí donde estuviera el emperador.

La organización territorial también fue sometida a criterios de nuevo tipo. Carlomagno dividió el territorio en marcas, condados y ducados:
  • Condados: Eran las provincias interiores bajo la responsabilidad de un Conde. Unidades de circunscripción administrativa que tenían el fin de cumplir las disposiciones reales, presidir el mallus judicial, dirigir los contingentes militares, cobrar impuestos y ordenar el gasto. Eran nombrados por el rey, que les otorgaba poder militar, administrativo y judicial.
  • Marcas: Eran provincias fronterizas militarizadas bajo la responsabilidad de un Marqués. En las zonas fronterizas el mando militar de varios condados se unifica en manos de un marqués, aunque los condes conservaban el resto. Así ocurría en las marcas de Gotia, Bretaña, Friul, Nordalbingia, Venda, Marca Hispánica o la Marca ávara.
  • Ducados: Era la unión de varios condados que estaba a cargo de un Duque. También podía designar un título de prestigio que aludiese a una categoría de mando elevada, sencillamente a un marqués, o a algún territorio autónomo o externo al imperio.
Marcas del Imperio Carolingio
Extensión territorial del Imperio Carolingio
Los condados y Marcas estuvieron sometidos al control por una parte de los Missi-Dominicilos cuales fiscalizaban a nombre del emperador. Los ducados eran "Pares" (iguales) en jerarquía a Carlomagno. Anualmente se realizaban, asambleas o "Campos de Mayo" de cuyos acuerdos y discusiones Carlomagno emitía las "Capitulares" (Leyes).

El trabajo desempeñado por los condes y marqueses era compensado mediante la cesión de grandes extensiones de tierra para su explotación, donación que incluía en calidad de siervos a los campesinos que vivían en ellas. Aun cuando el poder con que contaban los condes y marqueses era grande, Carlomagno procuró en todo momento evitar la fragmentación del imperio. Centralizó el poder político y administrativo a través de diferentes medios políticos y con la ayuda y el apoyo de la Iglesia de Roma en el plano cultural y misional.

La Marca Hispánica
Mapa con todos los condados de la Marca Hispánica y Vasconia.
Mapa con todos los condados de la Marca Hispánica y Vasconia.
La Marca Hispánica fue la frontera político-militar del Imperio Carolingio al sur de los Pirineos. Tras la conquista musulmana de la Península Ibérica, este territorio fue dominado mediante guarniciones militares asentadas en ciudades como Barcelona o Gerona. A fines del siglo VIII, los carolingios intervinieron en el noreste peninsular con el apoyo de la población autóctona de las montañas La dominación franca se hizo efectiva tras la conquista de Gerona, en 785, y Barcelona, en 801. En la Marca Hispánica, integrada por condados dependientes de los monarcas carolingios, a principios del siglo IX los condes francos fueron sustituidos por nobles autóctonos. El territorio ganado a los musulmanes se configuró como la Marca Hispánica, en contraposición a la Marca Superior Andalusí. Integrada por condados dependientes de los monarcas carolingios, la Marca Hispánica iba de Pamplona hasta Barcelona. De todos los, condados, el que alcanzó mayor protagonismo fue el de Barcelona.

Una estructura centralizada y moderna

El máximo poder del imperio era el emperador. Sólo él tenía poder pa­ra convocar a las armas, administrar justicia y designar a los nobles que gobernaban los territorios. Los inspectores de palacio o "missi dominici" eran los encargados de que los marqueses y los condes gober­naran sin apartarse de las líneas fijadas por el emperador. Para ello, en pareja, recorrían las vastedades del imperio y comprobaban las diversas actuaciones.
Missi Dominici
El palacio, sede de la corte, era el núcleo de la administración y estaba dirigido por un chambelán, sucesor del car­go de mayordomo de palacio que había existido en el reino de los fran­cos. El chambelán supervisaba al copero, responsable de la bodega; al mariscal, encargado de la caballería y el establo; y al senescal, minis­tro de los asuntos de la corte. Por su parte, la Cancillería dirigía los asuntos civiles y eclesiásticos, así como el Tribunal Palatinotenía a su cargo la aplicación de las leyes a los habitantes del imperio.

En los ámbitos políticos, religiosos y culturales el proyecto de Carlomagno consistió en una recuperación del gran legado de Roma, del que se sintió continuador. Anexar y cristianizar fueron las claves de la política, y para consolidarla, promovió la creación de escuelas y bibliotecas, así como el establecimiento de un sistema de enseñanza.

La educación como medio de poder

Carlomagno dio un gran impulso a la educación, pero lo hizo con fines de control social para proteger los intereses de la clase dominante. Existieron 3 tipos de escuelas:
Escuelas Palatinas
La Iglesia Católica estaba encargada de la educación, recordemos que para el imperio carolingio era importante contar con los servicios del clero para difundir el dogmatismo, el memorismo que la religión brindaba, para concientizar a la población en el cumplimiento, la obediencia, la resignación y el fatalismo.

Estructura económica

Carlomagno heredó una Europa en pugna con Bizancio y acosada por las invasiones germánicas y los avances del Islam, en cuyas manos se hallaba gran parte de la Península Ibérica. Estas constantes guerras redujeron el tráfico comercial al transporte de algunos toneles de vino o sal, al tráfico prohibido de esclavos y a unos pocos artículos de lujo traídos de Oriente. Aunque pervivieron pequeños y rudimentarios mercados locales, la circulación de dinero se volvió lenta e insuficiente. Con la expansión del Imperio Carolingio, la situación comenzó a revertirse. Volvió a activarse el comercio, capitalizado por los tributos de los pueblos vencidos y el botín de guerra. Sin embargo, la fragmentación que caracterizó al feudalismo no pudo ser vencida.

Economía de subsistencia

El establecimiento del Imperio Carolingio en Europa occidental coincidió con una etapa de gran recesión económica. El producto del suelo era escaso y no existían reservas de alimentos suficientes. En consecuencia, los pueblos que formaron parte del Imperio de Carlomagno estuvieron amenazados por las hambrunas y las epidemias.
Arado medieval
Así pues, esta etapa de la Edad Media se caracterizó por contar con una economía muy poco desarrollada. En los campos se llevaban a cabo tareas agrícolas de subsistencia, debido a lo rudimentario de la tecnología productiva. A través de estas labores, las familias obtenían solamente lo suficiente para mantenerse.

La agricultura y la ganadería fue­ron las principales actividades económicas. En las villas, donde estaban las explotaciones más importantes, los aldeanos recurrieron a técnicas empleadas por los romanos para cultivar. En el resto del territorio se utili­zaron técnicas rudimentarias de agricultura.

La mayoría de la población vivía en pequeñas aldeas autosuficientes, es decir, que las familias cultivaban sus tierras y fabricaban lo que necesitaban como los vesti­dos o las herramientas para trabajar la tierra. Debido a que los caminos estaban muy deteriorados, sumado a la escasez de excedentes y la frecuencia de las guerras, el comer­cio durante la época carolingia no fue una actividad importante. Por esta misma limitación, las ciudades perdieron su anterior importancia. Carlomagno, pese a su oposición a la expansión árabe, se percató de la superioridad técnica del Islam y se esforzó por modernizar el mundo agrario.
Aldea carolingia
Aldea carolingia
Estas condiciones cristalizaron en una nueva estructura social que se conformó alrededor de las propiedades o villas que eran propiedad de los terratenientes, convertidas en verdaderas unidades de producción. Estaban formadas por dos áreas: la “reserva”, que era el sitio donde se levantaban las grandes casonas de los señores, las de los siervos, la capilla y los restantes edificios, y los “mansos”, nombre con que se designaba a las tierras destinadas a las labores agrícolas.

El principal rasgo de este modelo social y económico fue la desaparición de los esclavos. El gran costo de su manutención obligó a emanciparlos y convertirlos en siervos. Su libertad fue relativa, ya que se volvieron parte de la propiedad terrateniente.

Camino al Feudalismo

En los comienzos del siglo VIII los sectores empobrecidos de la ciudad y el campo comenzaron a rendir sumisión a un señor terrateniente, convirtiéndose en campesinos arrendatarios de tierras, la fidelidad y el trabajo eran recompensados con protección y bienes materiales, provenientes en general de los excedentes de producción. A su vez, los nobles mantenían un vínculo similar con el emperador, formándose así un sistema en el que todos estaban obligados a servir al estamento superior.
Acto de
Acto de "Homenaje" del vasallo a su señor.
La entrega del feudo o de algún elemento representativo al señor feudal constituía la “investidura”, y se realizaba inmediatamente después de la “ceremonia del homenaje”. El régimen jurídico de entrega era, por lo general, en usufructo vitalicio, aunque también podía ser en bienes materiales, pero que, con el tiempo, se convirtió en una ligazón de familias entre el señor y sus vasallos, pudiendo heredarse el feudo siempre que los herederos renovaran sus votos con el señor.
Sin embargo, el señor feudal tenía derecho a revocar el feudo a su vasallo si éste no se comportaba como tal o demostraba algún signo de deslealtad, como conspirar contra él o no cumplir con la entrega de tropas de su feudo en caso de guerra. Esta conducta era considerada un delito, que recibía el nombre de "felonía". En el sistema feudal, la felonía era una terrible mancha en la reputación de un caballero, que solía borrarse a través del “Juicio de Dios” que definía el duelo a muerte.

Para controlar el poder de los condes y marqueses, Carlomagno creó varios cargos de igual nivel -los "missi dominici"-, que dependían en forma directa del emperador, de modo que ninguno tuviera poder sobre su persona.

Estratificación social

La base económica y social del Imperio Carolingio fue la propiedad territorial. El Imperio Carolingio fue esencialmente agrícola. El comercio era insignificante y por lo tanto no existía más fortuna que los bienes raíces, ni más trabajo que el rural. La desaparición de los pequeños propietarios libres se aceleró, la necesidad de protección los obligó a buscar la tutela de los poderosos.

El surgimiento de la nobleza
Nobleza carolingia
Las antiguas aristocracias romanas que vivían en los límites del Imperio, a la hora de las invasiones germánicas protagonizaron un desmembramiento que culminó con la adaptación de señoríos y latifundios autónomos. Carlomagno organizó estos nuevos sectores sociales como parte del Imperio Carolingio y los convirtió en nobles de un nuevo orden jerárquico.

Finalmente, la sociedad carolingia quedó estructurada en dos grandes sectores: los privilegiados y los “no” privilegiados. En la cúspide se hallaba el emperador, después el alto clero -arzobispos, obispos y abades- y la alta nobleza, seguidos de los señores (baja nobleza), caballeros y bajo clero, estos constituían el sector privilegiado; en tanto que los “no” privilegiados eran los artesanos adinerados y comerciantes, por debajo de estos se encontraban los campesinos con tierras, pequeños artesanos y comerciantes, y en la base estaban los siervos, campesinos pobres, jornaleros.
 pirámide social carolingia
Pirámide social carolingia
El vínculo más importante durante la época carolingia fue la fidelidad, que se practicaba a través de toda la pirámide social. Los siervos o campesinos sujetos a la tierra jura­ban fidelidad a un noble que se convertía en su señor. Los señores o nobles, a su vez, juraban fidelidad al emperador quien a cambio les daba grandes extensio­nes de tierra llamadas dominios. Esta estructura social perduró casi la totalidad de La Edad Media en Europa, convirtiéndose en un referente de jerarquización social rígido.

Arte bizantino
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