miércoles, 3 de junio de 2015

Luis XIV de Francia (francés: Louis XIV), llamado «el Rey Sol» (le Roi Soleil) o Luis el Grande (Saint-Germain en LayeFrancia5 de septiembre de 1638-Versalles, Francia, 1 de septiembre de 1715), fue rey de Francia y de Navarra1 desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con casi 77 años de edad y 72 de reinado.3 También fue copríncipe de Andorra (1643-1715) y conde rival de Barcelona durante la sublevación catalana (1643-1652) como Luis II.
Luis XIV fue el primogénito y sucesor de Luis XIII y de Ana de Austria (hija del rey Felipe III de España). Incrementó el poder y la influencia francesa en Europa, combatiendo en tres grandes guerras: la Guerra de Holanda, la Guerra de los Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española. La protección a las artes que ejerció el soberano Luis XIV fue otra faceta de su acción política. Los escritores Moliére y Racine, el músico Lullyo el pintor Rigaud ensalzaron su gloria, como también las obras de arquitectos y escultores. El nuevo y fastuoso Palacio de Versalles, obra de Luis Le VauCharles Le Brun y André Le Nôtre, fue la culminación de esa política. Al trasladar allí la corte (1682), se alejó de la insalubridad y las intrigas de París, y pudo controlar mejor a la nobleza. Versalles fue el escenario perfecto para el despliegue de pompa y para la sacralización del soberano.
Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa. La frase L'État, c'est moi («El Estado soy yo») se le atribuye frecuentemente, aunque los historiadores la consideran una imprecisión histórica, ya que es más probable que dicha frase fuera forjada por sus enemigos políticos para resaltar la visión estereotipada del absolutismo político que Luis XIV representaba, probablemente surgiendo la cita «El bien del Estado constituye la Gloria del Rey», sacadas de sus Réflexions sur le métier de Roi (1679). En contraposición a esa cita apócrifa, Luis XIV dijo antes de morir: Je m'en vais, mais l'État demeurera toujours («Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá»).

Fin de la guerra con España y reinado personal[editar]

Mientras, la guerra con España continuaba. Los franceses recibieron apoyo militar de Inglaterra, dirigida por Oliver Cromwell. La alianza anglo-francesa venció a los españoles en la batalla de las Dunas de 1658. El resultado de la guerra fue el Tratado de los Pirineos que fijó la frontera entre España y Francia en los Pirineos, cediendo España varias provincias y ciudades a Francia en los Países Bajos españoles y en el Rosellón. Este tratado cambió la balanza de poder, Luis XIV contrajo matrimonio con la infanta de España María Teresa de Austria de la Casa de los Habsburgo, hija del rey Felipe IV de España y de la princesa Isabel de Francia ambos tíos carnales de Luis XIV, por lo que el monarca con su esposa eran primos hermanos dobles. El matrimonio se celebró el 9 de junio de 1660 en la Isla de los Faisanes.

Guerra en los Países Bajos


Tras el fallecimiento de Felipe IV de España, tío y suegro de Luis XIV, en 1665, su hijo (de su segunda esposa) ascendió al trono como Carlos II de España. Luis XIV reclamó el territorio de Brabante, en los Países Bajos, gobernados hasta entonces por el rey de España, que debían ser devueltos a su esposa, María Teresa, hermanastra mayor de Carlos II (hija del primer matrimonio del padre de ambos). Luis argumentó que las costumbres de Brabante no permitían que un hijo sufriera prejuicios por las consecuencias de que su padre volviera a casarse, por lo que tenía prioridad sobre los hijos de los siguientes matrimonios a la hora de heredar. Estas reclamaciones darían pie a la Guerra de Devolución de 1667, en la cual Luis participó personalmente.
Los intereses de Luis en los Países Bajos se beneficiaron de los problemas internos de la República de los Siete Países Bajos Unidos. El político más importante del momento en las Provincias Unidas, Johan de Witt, temía que el joven Guillermo III, Príncipe de Orange, se hiciese con el poder en las Provincias Unidas. De Witt pensaba que una guerra naval contra Francia podía ser llevadera, no así una guerra terrestre, que permitiría la intervención de Guillermo III, dejándole con el poder. Así, con las Provincias Unidas divididas en un conflicto interno entre los seguidores de De Witt y los de Guillermo de Orange, junto a las refriegas entre ingleses y holandeses, Francia no tuvo ninguna dificultad en conquistar Flandes y el Franco Condado. Impactados por la velocidad del triunfo francés, las Provincias Unidas se unieron a Inglaterra y Suecia en una Triple Alianza el año1668. La formación de la Triple Alianza ponía a Luis XIV ante el problema de verse envuelto en una guerra de mayores dimensiones, por lo que aceptó firmar la paz en el Tratado de Aquisgrán, por el cual Francia se quedaba con el control de Flandes, pero devolvía el Franco Condado a España.

Dominación en la década de 1680


En la década de 1680 el poder francés sobre Europa, bajo el mandato de Luis XIV, había aumentado enormemente. La gestión económica de uno de los ministros más famosos de Luis,Jean-Baptiste Colbert, muerto en 1683, produjo un gran cambio en la tesorería real; los ingresos de la corona se triplicaron bajo su supervisión. Los príncipes europeos comenzaron a imitar el modelo francés en todos sus aspectos. Las colonias francesas en el extranjero se multiplicaron, tanto en América como en África y Asia, iniciándose relaciones diplomáticas con naciones como Siam y Persia. Por ejemplo, el explorador René Robert Cavelier de La Salle reclamó para Francia, en 1682, la cuenca del río Misisipi, nombrándola Luisiana en honor de Luis XIV. Incluso los jesuítas franceses tenían presencia en la corte Manchú en China.










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