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La Ciencia y la Religión en al-Andalus
El término islam significa, desde el punto de vista religioso, entrega o sumisión a Dios.
La mezquita era, en el mundo musulmán, el centro de la vida religiosa. En las mezquitas mayores de las ciudades se reunían los fieles para asistir a la oración de los viernes.
En la oración que se celebraba en la mezquita mayor de Córdoba se daba lectura, después del sermón semanal, a los comunicados oficiales procedentes del poder emiral o califal. Los creyentes musulmanes tenían, obviamente, diversas obligaciones, entre las cuales figuraba la gran peregrinación a los santos lugares de Arabia. Asimismo, los musulmanes de al-Andalus contaban con fiestas religiosas, de las cuales la principal era la de ramadán.
La mezquita era, en el mundo musulmán, el centro de la vida religiosa. En las mezquitas mayores de las ciudades se reunían los fieles para asistir a la oración de los viernes.
En la oración que se celebraba en la mezquita mayor de Córdoba se daba lectura, después del sermón semanal, a los comunicados oficiales procedentes del poder emiral o califal. Los creyentes musulmanes tenían, obviamente, diversas obligaciones, entre las cuales figuraba la gran peregrinación a los santos lugares de Arabia. Asimismo, los musulmanes de al-Andalus contaban con fiestas religiosas, de las cuales la principal era la de ramadán.
Como es notorio, el pensamiento y las creencias de la religión estaban estrechamente vinculados en al-Andalus. La introducción, a finales del siglo VIII, de la doctrina malikí, antes mencionada, creó en principio un clima de mayor rigidez.
Pero la mayor liberalidad mostrada desde mediados del siglo IX y sobre todo en tiempos del Califato, así como la conexión con Oriente, explican la irrupción en al-Andalus de otras corrientes de pensamiento que disentían de la oficial, lo que las colocaba próximas a la heterodoxia.
La doctrina que mayor arraigo alcanzó en la España musulmana fue el mutazilismo. El disidente más significado en esa dirección, sin duda alguna, es Ibn Masarra, al que ha llegado a considerarse nada menos que el iniciador del librepensamiento.
Pero la mayor liberalidad mostrada desde mediados del siglo IX y sobre todo en tiempos del Califato, así como la conexión con Oriente, explican la irrupción en al-Andalus de otras corrientes de pensamiento que disentían de la oficial, lo que las colocaba próximas a la heterodoxia.
La doctrina que mayor arraigo alcanzó en la España musulmana fue el mutazilismo. El disidente más significado en esa dirección, sin duda alguna, es Ibn Masarra, al que ha llegado a considerarse nada menos que el iniciador del librepensamiento.
Los musulmanes, por otra parte, recogieron el riquísimo legado cultural del mundo helenístico, así como el de diversos países del Medio Oriente.
LA SOCIEDAD
Arte de la andalus
Imagenes sobre al Andalus y religion
MUSULMANES Y CRISTIANOS EN AL-ANDALUS.
PROBLEMAS DE CONVIVENCIA
El presente trabajo es una aproximación al conocimiento de las relaciones entre cristianos y musulmanes, en Córdoba y en el sureste de al-Andalus, durante el siglo IX y comienzos del siglo X. Se trata de observar hasta qué punto las transformaciones que se produjeron en el Emirato omeya a lo largo del reinado de Abdarrahmán II y sus sucesores incidieron de manera notoria en una creciente disminución del protagonismo de la sociedad cristiana que dio lugar a manifestaciones como el llamado “martirio voluntario”, así como a la aparición o la consolidación de núcleos rebeldes a la autoridad del emir, que no fueron sometidos hasta bien entrado el reinado de Abdarrahmán III
Origen del Islam y su expansión hasta al-Andalus
Bajo el emir o califa (el mayor poder político y religioso) los cargos administrativos se ordenaban por una rigurosa jerarquía. A la cabeza de ellos se encontraba el hachib (primer ministro) y los distintos visires (con la función de ministros) reunidos en el diwam. Los cadíes se encargan de impartir justicia
De todos modos era también de vital importancia la agricultura. A ello contribuían las condiciones climáticas de al-Anda-lus, lo que explica, según lo señaló el cronista al-Razi, que se recogieran frutos durante todo el año. De cualquier forma las zonas más fértiles se localizaban en los valles fluviales, en particular en el del Guadalquivir. No hay que olvidar, por otra parte, que la mayor parte de la población de al-Andalus (quizá un 75 por 100) se dedicaba a tareas agrícolas. Ciertamente, los principales cultivos de la España musulmana eran los cereales (en particular, el trigo y la cebada, pero también el centeno, el mijo o la avena), la vid (pese a la prohibición coránica del consumo del vino) y el olivo, es decir, los tradicionales de épocas anteriores. No es menos cierto que, en el terreno de los métodos y de los instrumentos de cultivo, seguía en pie la herencia romana, visible en la yunta de bueyes y la rotación bienal. Pero los árabes introdujeron importantes novedades, impulsando notablemente el regadío, sobre todo a base de la noria. Al mismo tiempo conoció una gran expansión la arboricultura, lo que explica el uso de la expresión «revolución verde» que se ha atribuido a al-Andalus. Pero quizá una de las novedades más significativas fue el desarrollo de cultivos como el arroz, los agrios, la caña de azúcar, la palmera, el algodón, la berenjena o el azafrán. Es preciso señalar, asimismo, el auge alcanzado por las plantas aromáticas y medicinales, así como la proliferación de las huertas y los vergeles. También adquirió gran importancia en al-Andalus la sericultura.
El presente trabajo es una aproximación al conocimiento de las relaciones entre cristianos y musulmanes, en Córdoba y en el sureste de al-Andalus, durante el siglo IX y comienzos del siglo X. Se trata de observar hasta qué punto las transformaciones que se produjeron en el Emirato omeya a lo largo del reinado de Abdarrahmán II y sus sucesores incidieron de manera notoria en una creciente disminución del protagonismo de la sociedad cristiana que dio lugar a manifestaciones como el llamado “martirio voluntario”, así como a la aparición o la consolidación de núcleos rebeldes a la autoridad del emir, que no fueron sometidos hasta bien entrado el reinado de Abdarrahmán III
Origen del Islam y su expansión hasta al-Andalus
AL-ANDALUS. Organización política
Bajo el emir o califa (el mayor poder político y religioso) los cargos administrativos se ordenaban por una rigurosa jerarquía. A la cabeza de ellos se encontraba el hachib (primer ministro) y los distintos visires (con la función de ministros) reunidos en el diwam. Los cadíes se encargan de impartir justicia
Los ulemas eran religiosos encargados de interpretar el Corán y tuvieron gran importancia
El territorio se encontraba dividido en coras, siendo gobernadas por el walí. Alguna de estas zonas en contacto con los reinos cristianos se denominaban Marcas, poseyendo en ellas el walí funciones, además de administrativas, militares.
Los cadíes gobernaban y administraban justicia en las ciudades
Los cadíes gobernaban y administraban justicia en las ciudades
Economía y Sociedad de al-Andalus
Al-Andalus se insertó plenamente en el mundo económico del islam. Ello supuso que la economía de la España musulmana, a diferencia de lo que sucedía en los territorios cristianos del norte, fuera de un gran dinamismo. En dicha economía sobresalía, como rasgo más significativo, el trascendental papel que desempeñaban las ciudades, centros tanto de actividades artesanales como mercantiles. Al fin y al cabo, según lo puso de manifiesto, el historiador francés Máxime Rodinson, «tanto el Corán como la tradición consideran favorablemente la actividad económica, la búsqueda de ganancia, el comercio y por ende la producción para el mercado».
Agricultura
Ganadería
Desde el punto de vista de la ganadería los animales que más abundaban en al-Andalus eran la oveja y la cabra, sin olvidar a los caballos, imprescindibles para la guerra, y a las mulas, utilizadas para el acarreo de productos. En cambio retrocedió el cerdo, debido a motivos religiosos. Actividades relacionadas con la ganadería eran la caza y la pesca.
Minería
También fue una actividad de gran empuje la minería, destacando, como principales productos extraídos, el hierro, el plomo, el cinabrio, el cobre y el estaño. También se interesaron los árabes por el oro, que se obtenía del lavado de diversos cursos fluviales, como el Segre, el Tajo, el Genil o el Darro, y las piedras preciosas. Otros recursos naturales por los que mostraron un vivo interés los habitantes de al-Andalus fueron la madera, procedente ante todo de encinas, castaños y pinos, la sal, el mármol o la piedra de construcción.
MUY BUENO PERO SOBRAN LAS LINEAS BLANCAS
ResponderEliminarMUY BUENO PERO SOBRAN LAS LINEAS BLANCAS
ResponderEliminarEs mejor que sobran y falten jjajjaj
ResponderEliminarLAS MAYÚSCULAS HILMI JEJE PERO ESTA MUY BIEN
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