Elementos tóxicos
Los residuos electrónicos, fruto negro del progreso tecnológico, se han convertido en un problema de primera magnitud, no tanto para los productores (nosotros, los habitantes de los países desarrollados) como para los receptores: países en desarrollo que reciben lo que España, Estados Unidos, Francia o Alemania ya no quieren. Regiones enteras se convierten en auténticos y peligrosos vertederos digitales, contaminados por una larga lista de sustancias tóxicas como el plomo, el mercurio, el cadmio o el arsénico.
Cada año se generan alrededor de 40 millones de toneladas de residuos electrónicos a nivel mundial y, según las últimas estimaciones, ascenderán a 47millones de toneladas en 2017 . Desechos procedentes de países desarrollados – en muchas ocasiones ilegales, según las Naciones Unidas - que con toda probabilidad acabarán en países como India, China o Ghana (donde va a parar cerca del 75%) .
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