lunes, 3 de octubre de 2016

POBLACIÓN MUNDIAL

Población mundial  
La población mundial actual es de aproximadamente 6.000 millones de personas y las estimaciones más recientes de la Naciones Unidas indican que para el año 2025 será de 8.500 millones. Si se analiza desde una perspectiva histórica su ritmo de crecimiento, se observa que después de la Segunda Guerra Mundial se produce una explosión demográfica sin precedentes, producto de un aumento de la tasa de crecimiento. Una forma de percibir este efecto es observar como ha ido disminuyendo el tiempo transcurrido para que la población mundial se duplique.
Año
Población Mundial
Tiempo transcurrido para duplicarse
600 500 millones 
  1200 años
18001000 millones
130 años
19302000 millones 
46 años
19764000 millones 

Los motivos de este incremento están vinculados principalmente a un mejoramiento en las condiciones sanitarias y alimentarias básicas; progresos en el campo de la medicina tales como el descubrimiento de los antibióticos y vacunas fueron decisivos para el aumento de la expectativa de vida, las condiciones de reproducción y sobre todo para la disminución de la tasa de mortalidad infantil. El índice de natalidad y supervivencia superó ampliamente al índice de mortalidad, y mejoraron sustancialmente las perspectivas de vida.

El incremento poblacional aumentó paralelamente el “consumo humano” en términos energéticos, alimentarios y en general de productos y servicios.
Debido a las características de los sistemas socioeconómicos y políticos adoptados, histórica y actualmente, las condiciones de vida de la población mundial son muy desparejas sobre todo en lo que se refiere a necesidades básicas: acceso a la salud, alimentos, vivienda, educación, trabajo y servicios. Las últimas estimaciones de las Naciones Unidas indican que aproximadamente el 20% de la humanidad (~ 1000 millones de personas!) vive en condiciones de pobreza absoluta, y es este sector de la población el que crece más rápido. En el año 1950, en los países industrializados (desarrollados) vivía el 34% dela población mundial; 25 años después, en 1975, esa cifraera de 28%, y en el año 2000 los países “ricos” alojan aproximadamente el 21% de la población mientras que en los más pobres reside el 79%.

El incremento demográfico implica también un mayor impacto negativo sobre el ambiente, producto de las actividades humanas de todos los sectores: del industrial, del energético, del agropecuario y del de la producción de residuos.

Otros dos factores críticos están representados por el aumento del consumo de materias primas, sobre todo aquellas provenientes de recursos naturales y el consumo energético,que para las últimas cuatro décadas y tomando valores medios, mientras que el crecimiento demográfico fue de 1,5% por año, el consumo energético creció el 5% por año!.

Este crecimiento ilimitado de la población mundial conduce inexorablemente al deterioro del ambiente, que sí es limitado en tiempo y espacio y produce, como nos muestra la realidad, profundas asimetrías sociales en cuanto a condiciones y calidad de vida que son cada día más graves e inaceptables éticamente. Un rasgo significativo de este crecimiento está dado por el aumento de la población urbana, que crece a un ritmo sostenido de 4 a 7% anual, conduciendo a una expansión desordenada de las ciudades que alcanzan densidades críticas y en las que la presión demográfica potencia graves problemas sociales (marginación, alienación, incremento del delito, etc.) y ambientales (contaminación en todos sus aspectos).

Nuestro planeta dispone de una “capacidad de carga” o densidad máxima de población todavía mal definida, que corresponde al número de habitantes que pueden vivir en él de manera razonable.
El crecimiento demográfico constituye uno de los grandes problemas que debe enfrentar la humanidad. Dada su complejidad y a que esencialmente se origina en un acto privado y natural, la reproducción, que además constituye uno de los derechos elementales de todo ser humano, resulta de difícil solución.
Las mayores tasas de crecimiento demográfico se observan,  en general,  en los sectores  más pobres y marginales, sobre todo del llamado tercer mundo, sumergidos en una pobreza estructural que agrava su futuro. Probablemente el acceso de estos sectores a la educación, la salud, el trabajo y por lo tanto a expectativas de progreso, planificación y bienestar permitan, no sólo que vivan dignamente sino que también tienda a disminuir su tasa de crecimiento demográfico.
Alternativas:
Generar e implementar modelos socioeconómicos y politicas sociales destinadas a crear condiciones de trabajo, salud y educación que permitan expectativas de progreso, en terminos de bienestar, a nivel individual y familiar.
Daniel Melendi

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